The pebbles forgive me, the trees forgive me

Curiosas las vueltas que puede dar una noche. Convencidos de lo que esperaba, fuímos al Palau de la Música para ver, escuchar, observar a nuestra queridísima Leonor Watling. Tuvieron que haber grabado nuestras caras cuando un guarda al pie de las escaleras dobles que llevan al teatro nos dijo, en un palau muy insólito e inexplicablemente vacío, que se había anulado el concierto por "enfermedad de Leonor". Propusimos entre nosotros que no era necesario que cantase, podría sentarse en una silla y ponerse a estornudar y a sonarse los mocos los más glamourosa e intelectualmente posible como solo ella sola sabe hacerlo. El público, entregado, le aplaudiría por igual mientras Pelayo e Ibarra tocasen igualmente sus instrumentos. No pudo ser, volveremos a probar suerte el mes que viene, cuando vuelven, y por si acaso, 2 días; muchas casualidad sería que volviese a enfermar. Pobre Leonor, no me la imagino con la nariz irritada y roja.
Después de los suspiros y de los que hacemos, ¿ahora hay que ir a casa?, pues vaya viernes!... VAmos al cine! Y no pudimos hacer mejor elección. Todos los pesares por no haber visto a la Watling se esfumaron tras escuchar la canción de obertura de la genial "JUNO".
A su favor: Ellen Page, Michael Cera , la intro, la banda sonora, la madrastra, la amiga a la que le van los profesores, el culpable del desliz (el chico con los pantalones más dorados). Casi todo, incluido el teléfono hamburguesa y la hermanita Liberty Bell vestida de patinadora.
En contra: pues casi nada que se me ocurra en estos instantes.
Echamos más de una risa con las ocurrencias y contestaciones de Juno, y con las protestas de su madrastra en la prueba de las ecografías. TAmbién con su forma de tragar Sunny D. para poder ir al lavabo con más frecuencia y repetirse hasta tres veces el test de embarazo. Es, en fin, una película muy tierna.



Ver trailer:
http://es.youtube.com/watch?v=K0SKf0K3bxg