3.26.2007

Escucho, sintonizo, silencio

Escucho a la Oreja de Van gogh y me acuerdo de mis conversaciones extralargas por teléfono con mi única y favorita interlocutora (Tere) en mis noches solitarias, cinematográficas o literarias, pero sobre todo telefónicas, en Segur de Calafell. Le decía (en sus momentos de debilidad) no escuches a la Oreja, que cuando estas feliz te anima, pero si estás triste no pueden hacer más que acabar de hundirte con sus canciones. Ahora mismo los escucho y solo me apetece ir a un concierto. Pero dentro de poco me iré a dormir y entonces me pondré a Antony and the Johnsons mientras lea algunas páginas de un libro y dormiré, tranquila. Y mañana despertaré y sintonizaré la M80 para escuchar a mi querido Luis y reirme, e irme con buen humor al trabajo. Por el camino escucharé the Strokes, Lori o Razorlight (in the morning!) para llegar rapidito al trabajo, donde estaré toda una mañana sin escuchar más ruido que el de los mensajes de Windows o el de los sellos al chocar repetidamente contra las hojas numeradas de los libros de actas. Y me iré a comer, rápido, mirando con ojos apetitosos todas las panaderías del camino y escuchando esta vez a mi estómado pidiendo misericordia. Durante la comida solo como, no escucho, leo la Pronto! (¿sábeis que el olor de una mofeta en un tejido tarda en irse un año?! o que el único número que no contiene ni la e ni la o es el "mil"?! pues estas cosas se aprenden leyendo la Prongo) y escucho la puerta y entra mi madre. Y hablamos. Y nos escuchamos mutuamente (bueno, me escucha de aquella forma que escuchan las madres, de tal manera que el sábado no se acordará que ya le he dicho que he quedado para cenar y dirá: ¿Te vas a cenar fuera? ¿Con quién?). Vuelvo al trabajo! Pero vuelvo en bici y si me pongo los pinganillos se me caen porque me he de comprar unos nuevos, así que no escucho nada, porque hace viento y shsshshshshshhshshshshhs. Otra vez sellos golpeando hojas y tecleos rápidos y teléfonos. Voy a la biblioteca, Dios mío silencio!!! Nooo! Niños llorando, cds que caen, chicos y chicas que hablan, voy a por un cd, me lo pongo en el reproductor de la biblio. DAvid Bowie, me lo llevo a casa para repetir. Se escucha una BSO fuerte en la recepción. Hoy ponen una peli, pero tengo que planchar. Vuelvo a casa y plancho resolviendo paneles de "Alta Tensión" y descifrando ronquiditos de mi madre (que fea que la palabra ronquido al lado de la palabra madre). Acabo y ahora desciframos cinquentas por quinces y a Carlos Sobera diciendo tonterías. Mi padre se pone histérico...¡Para que pide el comodín del público!¡Qué pida el del 50%!). Me voy a la habitación. Se esta acabando el disco de la Oreja de Van Gogh. Ahora toca Antony.
Clara me chifla tu chaqueta "Pink Lady" y espero que algún día intervengas en este blog!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena crónica, buena prosa y buen tono acorde al contenido, pero ¡¿sólo te llamó Tere a Segur?! Al menos durante dos noches del mes de agosto hablé por espacio de un par de horas (intempestivas, además) con una extraña que respondía al nombre de Elsa y no sólo me respondió a las preguntas que le formulaba acerca de su vida personal, sino que no se sorprendió al hacerlo teniendo en cuenta que no era Elsa... Desconcertado por el olvido o por la licencia literaria de la que postea...