12.01.2006

La vida es una barca...

" Sois unas personas maravillosas, un orgullo para vuestra raza, os lo digo de todo corazón. Sois unas personas extraordinarias, en serio os lo digo. "

Así es como me he sentido cuando esta mañana, entre bostezos y cabezaditas en el tren, he conseguido llegar a clase cuando apenas hacía un minuto que había empezado. Me he sentido orgulloso de mí mismo de haber conseguido despertarme (una vez más). Cabe decir que habiendo dormido sólo dos horas, puesto que anoche salí de fiesta, pues es todo un logro; y más con lo marmotil que estoy últimamente. Aunque bueno... no todas las mañanas te viene un angelito a despertar a la cama, eso también es verdad.

En fin, sea como fuere, a la media hora de haber empezado la clase, se presenta un individuo que parece ser importante. Habla con nuestra profesora, y acto seguido se suspende la clase para asistir a una conferencia sobre un curso que harán de aquí a tres veranos en Barcelona y al cual, seguramente, no podré ir. Y no esque no estuviera interesante la propuesta, pero... ¡yo había venido a hacer clase señores! ¡Estos desplantes no se dan! Esto se avisa, ya sea via mail o vía campus digital, y un servidor se puede quedar en casa durmiendo un ratito más.

Para colmo, la recuperación la han puesto coincidiendo con el horario de otras clases que también tengo que recuperar. Vamos, un follón.

No quiero oír ninguna risa de algunos de los que han decidido hacer campana hoy y resulta que les ha salido bien la jugada. No es justo, estoy indignado.

Pido disculpas a la dueña del blog por estrenarme con una queja... pero... quería hacer sentir mi resentimiento en algún lado, y este hecho ocupaba toda mi inspiración literaria de este momento.

No me alargo más... otro día menos y mejor...

He dicho.

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